Estaba yo tan tranquila el viernes por la tarde mirando cursores para insertar en mi blog.
A la vez que elegía mi nuevo puntero, me informaba de cómo insertarlo en la edición html de mi diseño.
Una vez bien iformada y elegida ya la mariposita amarilla que haría las veces de puntero, modifiqué la edición html (no sin antes haber rezado un rosario entero, con sus misterios y todo...) y guardé los cambios realizados.
Yo, feliz y contenta, volvía a la página principal de mi blog para ver la fántastica mariposa, pero... ¡no puede ser! ¡la mariposa no está!
Deprisa y corriendo intenté entrar de nuevo en la edición html para arreglar mi error pero... ¡horror! ¡no podía entrar en mi cuenta! ¡no podía comentar ningún blog! ¡no podía crear nuevas entradas! ¡no podía cambiar el diseño! ¡ESTABA SIN BLOG!
¡Qué disgusto tan grande...! ¡Qué pena tan honda! ¡Qué nudo en la garganta! ¿Qué iba a hacer yo ahora sin blog? Y sobre todo... ¿cómo iba a comunicároslo a vosotros, mis lectores?
Menos mal, que no era un problema de configuración... sino de mi navegador.
Pero ahora está todo solucionado, ya puedo volver a acceder a mi cuenta, y sobre todo... ¡mi blog vuelve a tener dueña!
Pero antes de terminar este post, un consejo: la flechita blanca que viene de serie, es preciosa... ¡no intentéis cambiarla!