14 de Enero
Querido hermano Pedro:
Es raro para mí no tenerte ya cerca, y mucho más escribirte el mismo día que te marchas de mi lado; pero el único modo de aliviar este dolor, dolor de ausencia, es verter mis lágrimas y mis palabras en esta carta que quizás nunca recibas.
Se que marchas por tu bien y con el deseo de volver pronto. Pero no puedo dejar de sentir este dolor que oprime mi alma; otra vez nos volvemos a separar.
Hace diecisiete años no pude sentirme así, pues mi corta edad me impedía ser consciente de tu partida. Pero ya no soy esa niña que no se daba cuenta de lo ocurrido a su alrededor y no puedo parar de pensar en el sufrimiento que es volver a estar sin ti.
En estos pocos meses que llevas junto a mí, me he dado cuenta de lo desdichada que he sido al no tenerte cerca.
Eres en mi vida mucho más que un hermano, eres mi amigo, mi confidente, el que todo lo sabe sobre mí y al que todo puedo contar. Eres yo misma fuera de mí.
Egoísta y caprichosamente me he comportado desde que me enteré de que partías de nuevo de mi lado. Ahora ya sabes porqué; porque sin ti, hermano, me siento vacía.
Sé que allí dónde vas encontrarás aquello que anhelas en nuestro hogar; por ello soy feliz.
Pero regresa a mi lado pronto.
Tu ausencia es mi muerte.
Es raro para mí no tenerte ya cerca, y mucho más escribirte el mismo día que te marchas de mi lado; pero el único modo de aliviar este dolor, dolor de ausencia, es verter mis lágrimas y mis palabras en esta carta que quizás nunca recibas.
Se que marchas por tu bien y con el deseo de volver pronto. Pero no puedo dejar de sentir este dolor que oprime mi alma; otra vez nos volvemos a separar.
Hace diecisiete años no pude sentirme así, pues mi corta edad me impedía ser consciente de tu partida. Pero ya no soy esa niña que no se daba cuenta de lo ocurrido a su alrededor y no puedo parar de pensar en el sufrimiento que es volver a estar sin ti.
En estos pocos meses que llevas junto a mí, me he dado cuenta de lo desdichada que he sido al no tenerte cerca.
Eres en mi vida mucho más que un hermano, eres mi amigo, mi confidente, el que todo lo sabe sobre mí y al que todo puedo contar. Eres yo misma fuera de mí.
Egoísta y caprichosamente me he comportado desde que me enteré de que partías de nuevo de mi lado. Ahora ya sabes porqué; porque sin ti, hermano, me siento vacía.
Sé que allí dónde vas encontrarás aquello que anhelas en nuestro hogar; por ello soy feliz.
Pero regresa a mi lado pronto.
Tu ausencia es mi muerte.